Recientemente he intentado retomar la lectura de libros sobre finanzas, dinero e inversiones, ya que realmente creo que siempre se puede obtener algún aprendizaje valioso de cada libro. Durante 2023 leí “El inversor inteligente” de Benjamin Graham y logré establecer el hábito de lectura durante ese año y principios de 2024, leyendo varios libros que tenía pendientes. Sin embargo, después abandoné el hábito.
En este 2025 quiero retomarlo y mantenerlo. Como parte de este intento, comencé a leer un libro que tengo desde hace tiempo: La psicología del dinero de Morgan Housel. Por lo poco que he leído hasta ahora, el libro busca ofrecer claves sobre las finanzas conductuales, explicando cómo las personas se comportan con el dinero y enseñando cuáles son las prácticas que suelen llevar a cabo las personas ricas que el resto no.
Desde la introducción, el autor enfatiza algo que, al menos para mí, es esencial en la vida:
“Hay dos cuestiones que afectan a todo el mundo, tanto si te interesan como si no: la salud y el dinero.
El sector sanitario es un triunfo de la ciencia moderna, que ha hecho aumentar la esperanza de vida en todo el mundo.
El sector del dinero, las inversiones, las finanzas personales y la planificación empresarial es otra historia.”
A continuación, el autor relata una anécdota que ilustra la tesis del libro y el mensaje que quiere transmitir.
La historia de Ronald Read vs. Richard Fuscone
Ronald Read fue un humilde trabajador de una gasolinera, donde trabajó durante 25 años, y luego pasó a desempeñarse como conserje en JCPenney. De origen sencillo, se compró una casa de dos habitaciones por 12,000 dólares cuando tenía 38 años y nunca se mudó. Sus pasatiempos eran simples y su estilo de vida modesto. Nacido en 1921, fue el primero de su familia en terminar la escuela secundaria y sirvió en el ejército durante un breve período en la Segunda Guerra Mundial.
Por lo demás, no hay mucho más que destacar en su vida. Read falleció en 2014 a los 92 años. Pero lo que lo hace especial es que, al momento de su muerte, tenía un patrimonio neto de más de 8 millones de dólares. Sí, un conserje y trabajador de gasolinera había acumulado una fortuna millonaria.
Entonces, te preguntarás: ¿Cómo lo logró?
La respuesta es sencilla, sin trucos de magia ni secretos ocultos. Read ahorraba todo lo que podía, lo invertía en activos seguros y simplemente esperaba, esperaba y esperaba, dejando que el interés compuesto hiciera su trabajo. Así, con disciplina y paciencia, convirtió pequeños ahorros en una fortuna de 8 millones de dólares.
Así fue como Ronald Read pasó de ser un conserje a un filántropo.
Por otro lado, tenemos a Richard Fuscone.
Graduado de Harvard con un MBA, Fuscone trabajó en Merrill Lynch, donde fue jefe de varias divisiones de inversión. Su éxito en el ámbito financiero fue tal que se retiró a los 40 y pocos años. Con su retiro, decidió comprarse una mansión en Greenwich, Connecticut, de más de 1,500 m². La propiedad contaba con más de 15 habitaciones, 12 baños, dos ascensores, dos piscinas y un mantenimiento mensual de aproximadamente 90,000 dólares.
Entonces llegó la crisis financiera e inmobiliaria de 2008 y, como muchos otros, Fuscone sufrió las consecuencias. Perdió su casa, que fue subastada por un 75 % menos de su valor original, y posteriormente se declaró en bancarrota. Ante un juez, llegó a decir:
“Hoy por hoy, no tengo ingresos.”
Read fue paciente y frugal; Fuscone, codicioso.
Conclusiones
A simple vista, podríamos concluir que hay que ser más como Read y menos como Fuscone. Y aunque no sería una mala idea, tampoco creo que sea necesario llevarlo al extremo de Read.
La verdadera enseñanza aquí es que las finanzas son un tema de comportamiento más que de conocimiento técnico.
El hecho de que Read, un hombre sin estudios universitarios y con ingresos modestos, lograra superar financieramente a Fuscone, un graduado de Harvard con un MBA y años de experiencia en el sector financiero, demuestra que la clave del éxito económico no radica únicamente en cuánto sabemos sobre dinero, sino en cómo nos comportamos con él.
Las finanzas personales son una habilidad blanda (soft skill), y en muchos casos, importa más nuestra disciplina y hábitos que nuestro conocimiento académico.
Ahora quiero leerte a ti, que opinas al respecto ¿eres mas como Read o como Fuscone?